sábado, 2 de diciembre de 2006

Refrescos y sodas, buenas o malas?



La pesadilla de los médicos y dietólogos (por no nombrar a los odontólogos) es cada vez más consumida en todos los hogares. Nos referimos, por supuesto, a las sodas y gaseosas y sus efectos sobre las dietas y la salud en general.

A todos nos ha pasado: ir al médico o a ver a un nutricionista, y que una de las cosas que más ataque de la forma en que nos alimentamos habitualmente sea el consumo de bebidas gaseosas, como las bebidas cola o refrescos en general.

Y también lo mismo nos suele pasar cuando visitamos a un dentista. Pareciese que todos los especialistas de la salud odian a las bebidas gaseosas y hacen grandes esfuerzos para ponernos en contra de ellas.



En realidad, para poner el párrafo anterior en un contexto un poco más real, decir que cuando consumimos bebidas gaseosas nos estamos alimentando es una gran falacia, debido a las características que hacen que estas bebidas tengan una utilidad prácticamente nula para el organismo, y sean, en realidad, bastante perjudiciales.

Por lo tanto, no debemos creer que estos ataques de parte de médicos de todas las especializaciones son simplemente una manía sin demasiado asidero en los resultados. La verdad es que cuando un médico nos dice que le estamos haciendo daño a nuestro cuerpo, suele tener razón. Y este caso en particular no es la excepción.

También es cierto que parece que la sociedad los está empezando a derrotar, y ahora algunos médicos, resignados, aceptan que, si es inevitable que consumamos bebidas gaseosas, al menos consumamos aquellas de las variedades dietéticas, por tener estas un menor porcentaje de azúcar (edulcorante, en realidad) con lo cual se reduce en gran parte uno de los más perjudiciales lados de estas bebidas.

No es una solución ideal, pero ciertamente parece ser lo más extremo que muchos consumidores parecen estar dispuestos a aceptar. Porque las bebidas gaseosas parecen generar adicción.

Alto nivel de consumo

Las estadísticas a nivel mundial son alarmantes. Tomando el caso de los Estados Unidos (que es, sin lugar a dudas, el sitio de creación de estas bebidas y el mayor consumidor a nivel mundial de cualquier producto lleno de azúcar y burbujas) podemos ver que se calcula que aproximadamente una cuarta parte de las bebidas consumidas habitualmente por su población son bebidas gaseosas, especialmente bebidas cola.

No sólo eso, sino que las comparaciones realizadas con encuestas y estudios anteriores demuestran que los valores están en alza. Los norteamericanos cada vez consumen más bebidas de este tipo. Estamos hablando de una venta anual que ronda los 60 mil millones de litros.

Pero más allá de que los valores son mayores en este caso, siendo algo así como el caso extremo que podemos presentar, no por eso se debe pensar que la realidad es mucho mejor en el resto del mundo.

Lo cierto es que, si bien el consumo es menor, las cifras que se manejan (los porcentajes, se entiende) no son muy diferentes. A nivel mundial el consumo de bebidas gaseosas se incrementa constantemente y la venta por habitante es cada vez mayor.

Jóvenes consumidores

Probablemente lo más preocupante de esto no sean los valores y las cifras de consumo de las que se habla, sino otra estadística, la que nos marca cuales son las edades en que más se consume bebidas gaseosas.

Y estas estadísticas nos dicen que los mayores consumidores a nivel mundial de bebidas gaseosas son los niños y los jóvenes, y que lo son cada vez en una mayor proporción con respecto a los adultos.

Por supuesto, esto no puede sorprender a nadie, ya que con solo observar un poco podemos darnos cuenta de una serie de hechos que muestran que es lógico que sea así.

Para empezar, los chicos, cuanto más chicos (y más allá de algunas excepciones) más favorecen los sabores dulces y los productos altos en contenido de azucares. A medida que pasa el tiempo, esta tendencia se pierde y otros sabores aparecen como preferidos. Y las bebidas gaseosas son un monumento a la dulzura, con sabores que justamente agradan al paladar de los consumidores más jóvenes de los hogares.

Por otro lado, también es obvio que la publicidad de este tipo de bebidas no está dirigida a los adultos y mucho menos a aquellas personas de edad avanzada.

Esto es tan obvio que muchas veces hemos escuchado a personas mayores quejarse de que les molesta el estilo que se utiliza, la forma en que la cámara se mueve o que, simplemente, no las entienden. Esto es por la utilización de códigos que comparten los jóvenes y no así la gente mayor.

Por lo tanto, parece un tanto ingenuo pensar que sea casualidad que los mayores consumidores de bebidas gaseosas sean personas por debajo de los veinte años y aún menos.

Pero nadie parece pensar cuáles son los efectos de estas bebidas en estos jóvenes, que son seres humanos en edad de crecimiento.

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