jueves, 30 de noviembre de 2006

La cafeína es perjudicial?


¿Quién podría negar que un sabroso cafecito siempre es bueno después de una rica comida, o como compañero infaltable en la charla con amigos; quién no se tienta con una gaseosa bien helada cuando el calor golpea y la sed acecha; o quién no disfrutó de un exquisito té con galletitas una tarde cualquiera? Todas estas bebidas, aunque aparentemente tan diversas, tienen algo en común: la cafeína.
Este ingrediente activo del café está presente en muchas comidas y bebidas, y es la droga estimulante más popular del sistema nervioso central. Se la encuentra en más de 60 especies de plantas distribuidas en todo el planeta.
Se ha descubierto que la cafeína está presente en el café, el , el cacao, el chocolate y los refrescos -como las bebidas cola y el guaraná-.


Fue descubierta en las semillas del café en 1820 y unos años más tarde se demostró que la teína, un alcaloide presente en las hojas de té, era en realidad cafeína. Más aún, el té, en peso, contiene más cafeína que el café. Es la droga estimulante más aceptada socialmente y, a su vez, la menos perjudicial.

Qué es y cómo actúa la cafeína
De acuerdo a los expertos, la cafeína, que pertenece al grupo de sustancias llamadas xantinas, estimula el cerebro al interferir en la acción de la adenosina -un transmisor nervioso que produce calma y tranquilidad- y provoca una sensación de euforia y de fuerza durante algunas horas. También facilita la actividad intelectual y la creatividad, al mantener despierto y en estado de alerta a su consumidor. Todo esto ocurre junto con un incremento de los niveles de adrenalina y noradrenalina, que son neurotransmisores activadores.
La máxima concentración en la sangre se alcanza entre los 30 y 45 minutos de haberla ingerido. A las tres horas ya se ha eliminado la mitad de lo que se absorbió.
Según el libro de Farmacología, del doctor Manuel Litter, esta sustancia actúa en distintos niveles en todo el cuerpo. A dosis habituales de dos a cuatro tazas diarias -150 a 250 miligramos- estimula las funciones psíquicas, lo que aparentemente no es seguido de depresión; y se hace más fácil el esfuerzo intelectual, la asociación de ideas y la atención. En el nivel del sistema cardiovascular actúa estimulando el corazón -incrementa la frecuencia cardíaca y la fuerza de contracción- y además aumenta la presión arterial en forma transitoria.
Tanto la cafeína como la teofilina provocan disminución del flujo sanguíneo cerebral por vasoconstricción, aliviando de esta manera la cefalea.
Otro efecto importante es que aumenta la secreción de jugos -como el ácido clorhídrico y la pepsina- en el estómago. Esta acción la convierte en una droga irritante de la mucosa gástrica; pero, a su vez, tiene acción antiespasmódica en la vesícula.
La cafeína posee también un leve efecto diurético; aumenta la capacidad de trabajo muscular, refuerza la contracción, retarda y alivia la fatiga. Finalmente, produce un muy pequeño efecto en los pulmones, dilatando los bronquios.

Lo que hay que saber
Existen en la población general mitos acerca de la cafeína, de los cuales algunos son ciertos, pero muchos otros, por suerte, no lo son :
“Un café después de comer facilita la digestión”
La cafeína estimula la secreción de saliva y de los jugos gástricos y favorece la digestión; pero hay algo más interesante: el consumo de café reduce considerablemente la aparición de cálculos biliares, de acuerdo con un estudio publicado en junio de 1999 en el Journal of the American Medical Association. Según los investigadores de la Universidad de Harvard, los adultos que beben dos a tres tazas de café con cafeína tienen un 40 por ciento menos de posibilidades de padecer esa dolencia. Parece ser que la cafeína puede prevenir la cristalización del colesterol, principal componente de los cálculos biliares. Sin embargo, los especialistas no han querido recomendar el aumento del consumo del café, debido a las consecuencias negativas que puede tener para otros aspectos de la salud.

“La cafeína interfiere en la actividad de los medicamentos”
Algunos compuestos, como los anticonceptivos y los fármacos para el corazón o las úlceras, reducen la capacidad del organismo para eliminar la cafeína por los riñones, esto puede provocar insomnio, irritabilidad y palpitaciones. La cafeína reduce el efecto sedante de algunos tranquilizantes y, si se toma con algunos antidepresivos, puede causar una crisis de hipertensión arterial grave y alteraciones del ritmo cardíaco.

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